I Said Make My Abilities Average! - Capitulo 12
12 El Hombre Ardiente 1
Había pasado
un año y dos meses desde la ceremonia de entrada.
Sin nada
digno que señalar, Adel disfrutó de su vida escolar promedio. La mayoría de sus
compañeros de clase mantuvieron su posición en la clase A con sólo unos pocos
lugares de intercambio con estudiantes de otras clases.
Como su
cumpleaños estaba cerca del comienzo del año escolar, Adel ya había cumplido
los doce años de edad.
Los frutos
de su trabajo a tiempo parcial durante el último año ascendieron a 144 monedas
de plata. La mitad de eso lo había ingresado en su caja de artículos como
ahorros. Todo esto no se habría acumulado si Marcella no le hubiese regalado
muchos juegos de ropa interior. Los pantalones calabaza son bastante caros.
La ropa
interior que Marcella le había regalado hace un año también incluía un sostén,
pero tristemente ese no tenía la oportunidad de brillar todavía, descansando en
su caja de objetos junto a sus ropas sucias y las monedas de plata.
¡No! Ellos
habían crecido un poco! Un poquito...
En las
clases teóricas, ella era la mejor de su clase. Cubría su falta de técnica con
poder y agilidad, consolidando su posición como una potencia en la clase de
artes marciales. Su calificación en las clases de magia práctica indica que
estaba en un nivel medio para un mago. La pequeña y débil bola de fuego que
había conjurado en la ceremonia de entrada se pensaba que era el resultado de
enfocar todo su entrenamiento previo sólo en ese hechizo.
Esa era la
opinión general sobre las habilidades académicas de Adel.
Por otro
lado, la primavera había llegado para Marcella después de que despertó sus
poderes mágicos, mientras sus acciones en el mercado del matrimonio se
dispararon hacia arriba. Su familia le había enviado varias cartas en la línea
de "¡No te precipites!" o "¡No vayas a socializar con el hijo de
un noble pobre!" después de que ellos supieran que ella era capaz de magia
de combate. Pero no había ningún compromiso a la vista, ya que querían casarla
con alguien lo más alto posible en la escala social, mientras Marcella se
negaba a casarse con un hombre que no le gustara.
"Y todo
esto es gracias a ti. No hubiera soñado que un día tendría derecho a escoger a
mi prometido ".
"No fue
nada grande, pero debo de agradecerte que te hayas hecho cargo del ataque de
los chicos."
Marcella y
Adel se sonreían felices el uno al otro.
Aparentemente,
Monika también había recibido muchas ofertas de comerciantes jóvenes y hábiles
que luchaban por la independencia o de los hijos de los socios comerciales de
su familia.
Pero evadió
un compromiso diciendo:"El mundo de un comerciante está lleno de
altibajos, ¿qué razón hay para hacer una promesa de cinco años en el futuro si
la otra parte cae en la ruina hasta entonces?". Como se esperaba de la
hija de un comerciante.
Puesto que
Orianna entró en la escuela con una beca y su magia sólo estaba en el nivel de
hacer su vida diaria más fácil, su futuro ya estaba limitado a la vida de
funcionaría pública o a un puesto de profesora.
Aun así,
Orianna estaba feliz de poder usar magia. Ella nunca tendría que preocuparse
por beber agua para el resto de su vida, incluso si se quedara varada en algún
lugar. Adel también había enseñado la "magia de enfriar fácilmente el
agua". Un hechizo útil.
Aunque ya
existían hechizos de enfriamiento, la versión de Adel era más eficiente, hasta
tal punto que incluso alguien con el débil talento mágico de Orianna podía
usarlo para enfriar bebidas o conservar pescado y carne.
"¡Oye,
será mejor que lo recuerdes!"
"Ah,
sí,"
Kelvin se
había acercado al grupo de Adel antes de llamarla repentinamente. Después de
escuchar su respuesta, se alejó con una expresión gruñona en su rostro.
"Aún
así, cuándo aprenderá esa persona..."
"AJa,
ja, bueno..."
Adel sólo
pudo devolver una amarga sonrisa en respuesta a las palabras de Marcella.
Desde ese
duelo tras la ceremonia de entrada, Kelvin había desafiado a Adel a un duelo
una vez al mes. No se convirtió en un problema ya que le pidió a su instructor
Burgess que dirigiera sus peleas como entrenamientos de combate durante la clase
de artes marciales. Para Adel, este arreglo fue bastante agonizante.
Ella sabía
que él se esforzaba mucho y en parte entendía sus sentimientos, pero no le
gustaba la hostilidad que le dirigida él con la mirada o la expresión
silenciosa de su cara después de perder. Ya que era un compañero de clase, Adel
decidió hacerle compañía aunque le dolía.
Parecía
acercarse a los demás aparte de ella normalmente y parecía ser un tipo bastante
agradable, entonces por qué tenía que ser así con ella?
Este
conjunto de pensamientos amplió gradualmente una desagradable emoción dentro de
ella.
[Absolutamente
no pierdas la pelea esta vez, ¡entiendes! Si lo vuelves a hacer, Kelvin puede
que se ponga furioso.
En serio,
deberías pensar un poco más en el orgullo de un hombre...]
Desde que
Burgess había dado sus clases privadas sobre la "delicadeza de los
hombres", ya no podía perder ni siquiera intencionadamente.
Ver esa
expresión en la cara de Kelvin cada vez fue duro para ella.
Sin embargo,
esa "lección sobre la cosa conocida como hombre" fue algo realmente
valioso para Adel. Extremadamente valioso, de hecho.
Había
llegado el momento de la clase de artes marciales.
Como
siempre, al principio su duelo comenzó, y como siempre Adel salió victorioso.
La habilidad
de Kelvin con una espada superó a la suya por millas, pero esa habilidad era
inútil cuando se enfrentaba a la absoluta brecha de poder y velocidad.
Por supuesto
que Adel no se sacó los niveles de fuerza sobrehumana, pero no había forma de
que un chico de 11 a 12 años, por muy talentoso que fuera, la golpeara cuando
liberó su "modo normal". Mientras no perdiera a propósito.
Ese camino
había sido cerrado por Burgess y la comprensión de Adel de su pobre habilidad
para actuar.
Cuando
Kelvin la miró como siempre, se enojó. La misma mirada de siempre.
(¿Qué hice
para que me mirara así? ¿Hice algo malo?)
A pesar de
haberla soportado docenas de veces, esta vez la habitual mirada, la habitual
expresión, hizo que la ira brotara dentro de ella. Casi como si una presa que
contenía sus sentimientos acumulados hubiera desbordado.
"No
aceptaré otro duelo. Esta será la última vez!"
"Eh..."
Durante un
momento, Kelvin se quedó boquiabierto como un pez mientras trabajaba para
entender sus palabras antes de empezar a gritarle.
"¡Qué estás
diciendo! Hasta que gane contra ti..."
"Eso es
sólo una ilusión egoísta que te haces creer. ¿Por qué debería preocuparme por
eso?"
Adel cortó
la respuesta de Kelvin, siguiendo sus primeras palabras.
"En
primer lugar, ¿puedes estar satisfecho y decirte a ti mismo:" Yo lo hice,
yo soy más fuerte que ella "después de ganar una pelea? ¿Realmente te
puedes llamar "más fuerte" cuando abandones después de 12 derrotas y
tan solo una victoria? ¿Eres retardado?"
"Qu..."
"E
incluso si logras vencer a una chica que ni siquiera quiere ser algo así como
un caballero, ¿dónde te dejaría eso? qué les dirás en el examen para caballero?
Dediqué los tres años de mi vida escolar a vencer a una chica que trabaja en
una panadería. Esa chica está aprendiendo a ser una buena ama de casa y
madre."
Pfft!
Algunos de
sus compañeros no pudieron evitar que el aire escapara de sus pulmones. Su
instructor, Burgess, trató de reprimirlo como si su vida dependiera de ello.
Como profesor que cuidaba a sus alumnos, no podía permitirse reír ahora mismo.
"Sin
mencionar que soy un mago, lo que significa que las espadas no son exactamente
mi punto fuerte. ¿Realmente dirás algo así en tu examen? "¡He desafiado a
un mago inexperto a una pelea de espadas y pude finalmente lograr la victoria
en el decimoquinto intento!"
AHH! JA, JA,
JA, JA!
Al final,
hasta Burgess se puso de rodillas.
"Q-Qué..."
"¡Ese
'Qué' es lo unico estás diciendo! Nunca me desafiaste en mi aspecto fuerte, las
lecciones de magia, sólo viniendo a mí durante la clase de artes marciales
donde tienes una ventaja. ¿Estás feliz de haber ganado a un mago en una
pelea?"
“Yo...”
“Yo?”
"Yo,
yo, yo soy... Uaaaaaaaa ~~!"
Kelvin huyó.
"Adel,
tú..."
Burgess
parecía preocupado.
"Hay
cosas en el mundo que no se deben decir en voz alta, aunque sean ciertas...
¿Estás lista
para una pequeña charla?"
Como
resultado de este duelo, el tiempo restante fue utilizado para una lección
conjunta por Burgess y sus compañeros de clase sobre el tema de "cuidar el
corazón de un chico".
"...
soy la malvada?"
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